Nacimiento de un niño muerto
El vínculo entre el sueño en decúbito supino al final del embarazo y la muerte fetal puede explicarse biológicamente; Dormir en posición supina al final del embarazo hace que el útero comprima la vena cava inferior y la aorta, lo que provoca una reducción del 85 % en el flujo sanguíneo a través de la vena cava en su origen y una reducción de aproximadamente el 30 % en la bifurcación aórtica. Esta compresión desvía la sangre hacia la circulación venosa colateral, lo que da como resultado una disminución del volumen sistólico de 11 a 25 % y una disminución del gasto cardíaco de 9 a 29 %. Esto, a su vez, conduce a una reducción de la perfusión uterina y placentaria y de la oxigenación fetal [4]. Un estudio publicado en La lanceta concluyó que el 5,8% de los mortinatos podrían prevenirse si las mujeres en sus últimos embarazos durmieran en una posición lateral en lugar de supina [4].